lunes, abril 21, 2008

Breve historia de una sudadera perdida y un insomnio ganado

Hoy es el cuarto día que no logro conciliar el sueño.

Por más que me he esforzado por conseguirlo ha sido en vano, intenté de todo: un tesito, un cafecito, un baño y vaporrú en el pecho pa abrir los bronquios, una buena sonada pa despejar los poros y descartar el molesto ronquido, cerrar los ojos y forrarse los poros de la nariz con menta pa estar fresco, mascarillas, hongos...e incluso llegué a tratar de empezar a contar ovejas.

Se imaginan??? contar ovejas!!! ... y la verdad eso de contar ovejas no lo recomiendo para nada, es un completo disparate... uno empieza a divagar y termina pensando que en realidad ni conoces una pinche oveja... es más, que ni sabes que carajo es una oveja.... un borrego metrosexual ?? un chivo con tendencias medias maricas???..en fin...

Pero el problema no son esas cabras afeminadas, sino mi extraviado sueño....

Cansado de tratar de implementar remedios incoherentes traté de buscar el origen de tan curioso mal y empecé a hurgar en lo más profundo de mi ser...y de mis bolsillos, porque uno nunca sabe...

Empecé a notar como que algo me faltaba, que estaba incompleto, que tenía como un agujerito en la panza...me sampé unas galletitas de animalito tratando de llenar el vacío...pero no desaparecía ni después de medio bote... y entonces recordé que me faltaba mi sudadera...

Pero no cualquier sudadera, mi sudadera querida y adorada, aquella que no me quito ni cuando la comezón empieza a picarme hasta lo más recondito; aquella que no me quito ni cuando la mugre no solo se ve, sino que se siente...

Y no es que no me acordara que no la tenía conmigo, sino que habiendo sido tan numerosos los intentos fallidos de recuperarla que había empezado a aceptar la idea de no volver a tocar su tersa pero pirata tela....

Pero hoy todo ha sido diferente...

Gracias a cierta información privilegiada, proveniente de alguien que parece ser del kremlin y, que no puedo nombrar por temor a revelar su identidad secreta, me ayudó a entrever la verdad detrás de la separación con mi sudadera... parece ser que un complot entre los malditos maestros y esa sucia institución retrógrada llamada escuela, en conjunto con eso que todos obedecen y que se hace llamar así mismo “Destino”, son los responsables de mi profunda pena...

De súbito todo cambia, los planes para la recuperación de mi sudadera se empiezan a maquinar y ahora si ... con la mente adormecida por la esperanza; ... a ver si consigo frustrar el maldito insomnio o mínimo poder pegar ojo y echarme una breve pestañita...